Níger es un país mediterráneo del centro-oeste africano.
MSF proporciona atención médico humanitaria en Níger desde 1985.
Todos los años, Níger se ve afectado por una crisis nutricional que alcanza su punto más álgido durante el periodo de escasez, normalmente entre marzo y septiembre.
A pesar de que entre 1998 y 2009 se consiguió reducir la mortalidad infantil en un 45%, la inseguridad alimentaria y las crisis nutricionales constituyen un problema crónico en Níger, muchas veces agravado por la falta de acceso a la salud de las poblaciones que se ven amenazadas por conflictos.
Las autoridades sanitarias han demostrado la voluntad de hacer cambios: han reclutado más personal sanitario y han descentralizado los programas nutricionales y la provisión de tratamiento suplementario para prevenir que los niños sufran desnutrición severa. Sin embargo, las tasas de desnutrición siguen siendo muy altas, con niveles cercanos al umbral de la emergencia. Sigue habiendo una escasez crónica de medicamentos y de material médico, y aún no han entrado en completo funcionamiento los servicios gratuitos para niños y mujeres embarazadas, oficialmente aprobados hace más de cinco años.
La malaria es la principal causa de muerte en menores de 5 años. La combinación es letal: los niños desnutridos tienen el sistema inmunológico muy debilitado y son menos capaces de combatir enfermedades como la malaria, la diarrea y las infecciones respiratorias; a la vez que los niños que padecen estas enfermedades también tienen más probabilidades de padecer desnutrición.
Parte de nuestra tarea es comprender que detrás, de cada uno de estos escalofriantes números, detrás de cada porcentaje, hay una persona, una familia, una historia de vida:
Las actividades de MSF en el país tienen como principal objetivo mejorar el acceso a la atención para los niños menores de 5 años y las mujeres embarazadas, a través de las actividades preventivas y de los tratamientos enfocados principalmente a combatir la desnutrición. Los equipos de MSF gestionan programas nutricionales ambulatorios en 38 centros de salud en las regiones de Zinder, Maradi y Tahoua.
Cuando los niños de comunidades remotas contraen malaria, a menudo llegan para recibir tratamiento cuando ya es demasiado tarde, debido a una falta de acceso a la atención sanitaria adecuada en sus aldeas. Los resultados positivos de trasladar la atención más cerca de donde viven las personas pueden verse en los centros nutricionales ambulatorios y en los programas de salud comunitarios que MSF gestiona en Níger.
En la región de Zinder, han sido reclutados promotores de salud para promover prácticas que reducirán la mortalidad infantil, como la mejora de la higiene, la organización de vacunaciones y animar a las personas a que acudan a las consultas. En las ‘chozas de salud’ de las aldeas, los trabajadores sanitarios atienden los niños con desnutrición y proporcionan tratamiento para las tres principales causas de muerte en la infancia: infecciones respiratorias, diarrea y malaria.
Además, MSF ha incluido un nuevo método preventivo para la malaria: la quimioprevención de la malaria estacional (SMC, por sus siglas en inglés). Aplicada por primera vez en Níger en 2013, la SMC se inscribe desde entonces en la estrategia del Programa Nacional de Lucha contra la Malaria para combatir esta enfermedad, que puede ser especialmente letal en niños menores de 5 años.
Para MSF, esta intervención se completará con la detección y tratamiento sistemáticos de la desnutrición infantil. Esto permitirá multiplicar el impacto de la SMC sobre la salud de los niños que se ve seriamente afectada por enfermedades completamente prevenibles y curables.
Las menciones aparecidas en la prensa mexicana aparte de ser escasas, 4 en seis meses, ninguna de estas apariciones mediáticas estuvieron vinculadas a las crisis humanitarias que vive el país. La luz de la prensa cayó en Níger a raíz de temas vinculados a otras agendas internacionales, como fue la extradición de los ocho hijos de Muammar Gaddafi.